De verdad, ¿Ya estuvo la demanda de Commerce Group?

De verdad, ¿Ya estuvo la demanda de Commerce Group?

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Mientras el movimiento contra la minería en El Salvador y sus aliados por todo el mundo esperan ansiosamente el fallo del Centro Internacional de Arreglos de Diferencias Relativas a la Inversión (CIADI) en el caso de Pacific Rim, el Commerce Group, con su sede en Milwaukee, aparentemente está latente.  Para todos los efectos, parece que el caso ya estuvo, pero la compañía tiene dos meses para armar un último esfuerzo y salvar su arbitraje.

En marzo del 2011 el CIADI negó (por un tecnicismo) el derecho de Commerce Group en demandar el gobierno de El Salvador por $100 millones.  La empresa apeló la decisión en julio, y el CIADI formó un comité ad hoc para supervisar el proceso de apelación. 

Sin embargo, y afortunadamente para el pueblo salvadoreño, el Commerce Group está casi en bancarrota.  En noviembre, mandó una correspondencia al CIADI asegurando que no tenía suficiente fondos para pagar los $150,000 requeridos en costos de arbitraje del CIADI.  La empresa, también, se atrevió pedir que el CIADI obligara al gobierno de El Salvador pagar $68,776.02 del monto correspondiente a la empresa, alegando que había sobre pagado IVA en El Salvador y que el gobierno le debía la devolución de un depósito para un terreno que la empresa había alquilado anteriormente. 

Parece que las peticiones no han convencido al CIADI, quien decidió el 19 de diciembre suspender el proceso de arbitraje.  Según blogero y ex-embajador Neto Rivas, la empresa tiene seis meses desde la fecha de suspensión para conseguir fondos y restablecer el caso. 

Los seis meses del Commerce Group vencen el 19 de junio.  Mientras el movimiento contra la minería espera la decisión en el caso de Pacific Rim con ansiedad, también debe de cruzar los dedos con respeto al caso de Commerce Group por un mes más.

Is the Commerce Group Case Really Over?

Is the Commerce Group Case Really Over?

Versión en Español

As the Salvadoran anti-mining movement and its allies across the globe anxiously await a ruling from the International Centre for Investment Settlement Disputes (ICSID) in the Pacific Rim suit, the Milwaukee-based Commerce Group case apparently lies dormant.  For all intents and purposes it seems that the case is over, but the company has two months to make a last ditch effort to save its arbitration. 

In March of 2011 the ICSID denied (on a technicality) Commerce Group the right to sue the Salvadoran Government for $100 million.  The company appealed the decision in July, and the ICSID formed an ad hoc committee to oversee the appeals proposal.

However, and fortunately for the Salvadoran people, Commerce Group is bordering on broke. In November, they submitted a letter to the ICSID claiming they did not have the funds to pay the required $150,000 in ICSID arbitration fees.  The company also had the audacity to ask that the ICSID force the Salvadoran Government to pay $69,776.02 of that fee, claiming they had overpaid taxes in El Salvador and were owed the return of a security deposit on property previously leased from the Government.

The Commerce Group’s pleas seem to have not swayed the ICSID which decided on December 19th, 2011 to stay the arbitration proceedings.  According to Salvadoran journalist and former Ambassador, Neto Rivas, the company has six months from the suspension date to come up with the funds to reinstate the case.

Commerce Groups six months are up on June 19th.  While the anti-mining movement holds its breath regarding the Pacific Rim case, it should also continue to cross its fingers in the Commerce Group case for at least another two months.  

Lucha contra la Minería Enciende Demandas Internacionales

Lucha contra la Minería Enciende Demandas Internacionales

Por ROGER BYBEE

The original in English

Activistas luchan contra las provisiones de los tratados de libre comercio, mientras el USW reta los objetivos de la industria

A pesar de la pobreza dominante y el desempleo en su pequeño país centroamericano de 6.9 millones, los salvadoreños están ignorando el canto de sirena de las empresas transnacionales de minería que prometen trabajo en minas presentados como “amigables con el medioambiente.”  El encanto de la minería de oro y plata ha sido deslustrado por la contaminación de ríos lo cual representa el legado de las empresas mineras en la zona norte del país.   Sin embargo, la amplia oposición popular se está enfrentado con provisiones del Tratado de Libre Comercio de Centro América (CAFTA por sus siglas en inglés)  que efectivamente eleva a las transnacionales sobre los gobiernos electos.

A pesar de la pobreza dominante y el desempleo en su pequeño país centroamericano de 6.9 millones, los salvadoreños están ignorando el canto de sirena de las empresas transnacionales de minería que prometen trabajo en minas presentados como “amigables con el medioambiente.”  El encanto de la minería de oro y plata ha sido deslustrado por la contaminación de ríos lo cual representa el legado de las empresas mineras en la zona norte del país.   Sin embargo, la amplia oposición popular se está enfrentado con provisiones del Tratado de Libre Comercio de Centro América (CAFTA por sus siglas en inglés)  que efectivamente eleva a las transnacionales sobre los gobiernos electos.

Como informé el Noviembre pasado, la empresa de Milwaukee Commerce Group está demandando al estado salvadoreño  por $100 millones por haberles negado el  permiso para la explotación  de una mina que ya ha causado daños ambientales significantes.  Asimismo, Pacific Rim, una transnacional canadiense que busca abrir otra mina de oro “a cielo abierto,”  ha presentado una demanda de $77 millones contra el gobierno de El Salvador.   Según los términos del CAFTA, estas disputas se arreglan en un tribunal secreto de panales de arbitraje compuestos por ejecutivos y funcionarios de comercio de gobiernos.  Prácticamente, tienen el poder de anular leyes que protegen la calidad de agua, derechos laborales, y especies en vía de extensión.

Sin embargo, el movimiento contra la minería sigue fuerte y está trabajando activamente para construir alianzas internacionales, según Jan Morrill, una estadounidense quien trabaja para la Mesa Nacional frente a la Minería Metálica de El Salvador.  Con su sede en El Salvador, la organización trabaja con grupos comunitarios, organizaciones religiosos y movimientos de campesinos, y también está vinculado con grupos en Norteamérica. 

“El movimiento contra la minería en El Salvador cuenta con el apoyo de varios movimientos sociales, y ha desarrollado la capacidad de entrenar de manera técnica sobre calidad la de agua y químicos tóxicos,” Morrill me dijo el martes durante una visita a Milwaukee, donde se reunió con Ingenieros sin Fronteras, una organización que promueve que ingenieros compartan sus capacidades con comunidades pobres en países en vía de desarrollo.

“La gente se da cuenta que las propuestas de minería no generará muchos empleos y envenenará el agua para el consumo humano,” dijo Morrill.  “Hay 29 proyectos propuestos en este momento, pero solo generarán unos 13,000 mil empleos combinados,” una fracción pequeña de la población sin empleo en El Salvador.  “Las transnacionales dicen que sus proyectos son ‘amigables con el medioambiente,’ a pesar de que van a contaminar las cuencas.”

En un país marcado por violencia política extrema impulsado por los “escuadrones de muerte” desde más o menos 1980 hasta años recientes, las transnacionales han dicho públicamente quienes son los oponentes de la minería.  “Están señalando constantemente quienes están en contra de la minería y dando sus nombres,”  dijo Morrill.  Desde 2009, cuatro líderes ambientalistas han sido asesinados en El Salvador, ella añadió con gravedad.

Aun si logran mantener las barreras contra nuevos proyectos mineros, El Salvador seguirá enfrentando dificultades enormes en restaurar sus ríos y quebradas para que la gente pueda tomar y utilizar el agua.  Corporaciones como el Commerce Group han negado constantemente pagar cualquier tipo de compensación para remediar el agua y tierra contaminada por metales tóxicos que salen de su mina cerrada.

 Actualizando la alianza vieja de industria con sindicatos

La lucha de los salvadoreños contra proyectos de minería ambientalmente destructivos resuena con El Sindicato Unido de Trabajadores de Acero (USW por sus siglas en inglés), el cual representa trabajadores en una fábrica de equipos de minería en Milwaukee operado por Caterpiller, y con varios otros mineros de cobre y hierro por todo Norteamérica. 

El Sub-Director de USW Bill Breihan concede que USW ha tenido “un interés particular tremendo” en ver la expansión de la minería.  Pero la lucha de los salvadoreños la ve con mayor simpatía que años anteriores, por el hecho de que el sindicato ha tomado un enfoque más crítico sobre los efectos de la minería y los objetivos de dicha industria.

En años recientes, el USW se ha dado cuenta más y más de la destrucción ambiental y la necesidad de crear coaliciones con ambientalistas.  Entonces, Breihan explica, “Nosotros no estamos a favor de la minería a menos que se realice de manera segura para los trabajadores y el ambiente…Hay interés común entre los sindicatos y los ambientalistas?  Absolutamente.”

En el 2006, el Presidente del USW Leo Gerard y en ese entonces Presidente del Sierra Club Carl Pope formaron la Alianza Azul Verde, lo cual actualmente incluye 12 sindicatos principales, incluyendo al Sindicato Unido de Trabajadores de Autos y Trabajadores de Comunicaciones de América, y media docena de grupos ambientales.  La Alianza busca promover “empleos verdes”  que promueven sustentabilidad ambiental, como construir equipos de transporte público y adaptar casas y negocios para que sean más eficientes de energía.

Ambos sindicatos y grupos ambientales han luchado también contra los tratados de “libre comercio” que socavan salarios y condiciones ambientales mientras dan a las corporaciones una posición privilegiada para retar leyes que intentan proteger los trabajadores y el medioambiente.

En Wisconsin, el USW ha adoptado más y más un rumbo independiente con respecto a la minería.  Al final de los años 1990, el sindicato se puso al lado sin crítica ninguna de los intereses mineras como Exxon Mobil y Rio Tinto para promover las minas en el noreste de Wisconsin.  Pero durante la sesión legislativa actual, el USW tomó una estrategia marcadamente diferente, buscando implementar regulaciones ambientales más fuertes y oponiéndose a la desregulación de la industria.

“Pero [la industria minera] y el partido Republicano secuestraron nuestro esfuerzo y trataron de apresurar la aprobación de una propuesta de ley que fue una abominación, bajando los estándares ambientales para la minería…,”  dijo Breihan. Los legisladores estatales del partido republicano  y grupos de minería también intentaron utilizar su propuesta de ley para apuradamente aprobar un proyecto controversial de minería de hierro en el norte-central de Wisconsin,  lo cual fue criticado por ambientalistas y los Chippewa del Bad River.  El USW se opuso la propuesta de ley, lo cual no logró aprobación en marzo.

“No queríamos tener nada que ver con esto, y yo renuncié de la directiva de la Asociación de Minería de Wisconsin,” dijo Breihan.  “Nos alegró cuando no se aprobó…Hemos avanzado en los últimos años en superar la división histórica entre empleos y el medioambiente.  Tiene que ser empleos y el medioambiente.”

Eso es un objetivo que mucho salvadoreños desean escuchar más de las compañías mineras litigiosos tratando de redoblar sus operaciones en el país.

Transparencia:  USW es patrocinador de In These Times